¿Por qué viajar al extranjero alguna vez en la vida?
A todos nos gusta viajar y hay que reconocer que se trata de una de las sensaciones más
placenteras y agradables de las que disfrutamos. Hay muchos rincones repartidos por
todo el mundo que están esperando que los conozcamos. En la actualidad las nuevas
generaciones se plantean mucho menos los inconvenientes de viajar al extranjero y es
difícil encontrar a alguien que a sus 20 o 30 años no ha salido del país. La situación es
diferente a lo que ocurría décadas atrás cuando era mucho menos común hacer este tipo
de viajes. De todas formas, por si no has salido aún de España te vamos a dar algunos
consejos que te ayudarán a ver que ir de viaje al extranjero es algo muy sano para
cualquier persona.
Aunque parezca una tontería, en el momento que decidimos emprender un viaje al
extranjero vamos a encontrarnos cara a cara con la independencia. ¿Qué es lo que
queremos decir con esto? Pues que por mucho que nos hayamos ido de casa, si seguimos
en nuestra ciudad aún estamos dentro de nuestra zona de confort.
Sin embargo, al trasladarnos a un país extranjero todo esto desaparece y estaremos
nosotros solos frente al mundo. Es genial conocer la sensación de cómo vivir solo en una
casa, hacer las cosas por ti mismo con el añadido de que estás en un país diferente y
tienes que adaptarte a sus costumbres.
Tal y como están ahora las cosas, hay quienes deciden ir a un país extranjero para ver si
de rebote encuentran un trabajo interesante. Esta es una idea genial porque en muchos
lugares del mundo hay más puestos de trabajo que están esperándonos. No hay que
echarse atrás por miedo a alejarnos de casa, es una oportunidad única de trabajar en
otro lugar, aprender otro idioma y convivir con otras personas.
No hay nada mejor que contar en la vida con buenos amigos pero ¿y si los tuviésemos
repartidos por el mundo? Sería genial. Por eso también es un buen motivo para viajar al
extranjero, conoceremos muchas más personas, con otras costumbres, otros estilos de
vida y nos enriqueceremos aún más. Como se dice popularmente, “hay que tener amigos
hasta en el infierno” ¿por qué no tenerlos también en Berlín, Londres o Nueva York?
Por último: disfrutaremos de todos los rincones del mundo. Esto es lo último que vamos a
mencionar, pero no por ello es menos importante. Hay que salir ahí fuera del país y
conocer los maravillosos rincones que se esconden por todo el mundo. Hacer surf en la
costa australiana, bucear en Filipinas o dar clases de meditación en Bali son momentos
realmente únicos que nadie se debería perder. Hay un gran mundo ahí fuera y no es justo
que no lo disfrutemos.
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